Con el vientre de su madre como única patria y
vestida de exquisito negro glamouroso se presentó ayer esta escritora de los
sueños por cumplir en el Fórum de la Fnac Bulevar para denunciar el sometimiento
que la minoría lesbiana y transexual padece gracias a la acción soslayante de
los homosexuales de sexo masculino. Sofisticada e inteligente, sabe de dónde
viene y sobre todo, a dónde demonios va.
- Atravesamos por un momento que
usted tilda de «bobo», ¿cómo lo define?
- Es un tiempo en el que las
mujeres aceptan el imperio de los hombres, la izquierda tiende a la derecha y la
derecha se instala en la extrema derecha.
- ¿Cómo afecta esto a los
gays?
- Directamente. Los colectivos gays se han vuelto conservadores y
dejan de lado a las lesbianas y los transexuales. Se convierten en machistas que
aceptan el orden establecido porque ahora parece que les va bien.
- ¿Y no
es así?
- No. La sociedad sólo acepta al homosexual de clase alta,
viajado y leído. Gracioso y musculoso. Pero no son los únicos, quedan los gays
de barriada, los inmigrantes, los jóvenes y las lesbianas.
- Insiste
mucho en las lesbianas, ¿por qué?
- Porque están solas, discriminadas. Se
han convertido en el factor de excitación de los heterosexuales que despiertan
su líbido viendo como se aman, frivolizando impunemente lo que es una auténtica
relación afectiva entre dos mujeres que se aman.
-¿En qué se divide
entonces el mundo?
- No hay buenos ni malos, ni hombres ni mujeres, sólo
emociones masculinas y femeninas. Las mujeres que detentan el poder secundan la
supremacía del hombre defendiendo la opulencia y la apariencia.
- ¿La
apariencia dice usted?
- Sí. La cirugía estética no es más que una
muestra de lo que los hombres pretenden que sean las mujeres y éstas lo aceptan
inexplicablemente.
- ¿Y qué propone?
- Que huyan, pero no hacia
adelante, sino a reconciliarse con su interior; allí se encuentran los mimbres
de su personalidad. No hay nada peor que tratar de ser lo que no se es.
-
Entonces, ¿ya no hay héroes?
- Sí, las madres. Ellas dan su vida por la
familia sin recompensa para acabar siempre solas y sin
nada.